lunes, 10 de octubre de 2011

Placeres de la vida




A veces pensamos que la cantidad es lo más importante, que los detalles no importan. El peor enemigo de lo peculiar, de lo que nos hace diferentes, es precisamente la costumbre de tender a generalizar. La filosofía de lo superficial como base a una sociedad llena de prejuícios y primeras impresiones. El deseo de mainstreamización máxima. "La vida es como el juego de la oca: tienes el camino marcado hasta el final, y de ahí no te puedes salir. Como mucho, si tienes suerte, de vas de oca a oca y te pegas un tiro." Es esa especie de orfandad mental la que me hace preguntarme qué cosas son placenteras para mi. Qué estimula mis músculos faciales haciendo que sonría sin darme cuenta.

Minutos reflexionando sobre ello, y los placeres salen solos. Rápidamente, uno detrás de otro. Y casi daba tanto placer recordarlos como vivirlos. Venían muchos, muchísimos, en cascada. Y sentí el deseo de apuntarlos, para que ninguno, absolutamente ninguno, se me escapase. Pero para hacerlo más entretenido, me he puesto una sencilla regla. Un placer por día. Plasmar las minucias que me hayan alegrado la jornada, ésa jornada.  Un pequeño placer, a lo Amelie Poulan metiendo la mano en el saco de las lentejas (¿o eran habas?). O un gran placer. Escribir lo que me de la gana, lo que me salga de la úvula, del pimiento, de la bolsa de Fabricio, del Abismo de Helm, de la punta del meñique izquierdo, y del derecho también. Todo vale mientras las hojas sean de papel reciclado, y el estilo vintage haga que dejen de llamarme moderno de mierda.





Nadar desnudo, fumar tumbado, follar de pie. Placeres de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...